El mundo católico se encuentra de luto tras el fallecimiento del papa Francisco. Este martes, el Vaticano difundió las primeras imágenes del pontífice en su féretro, ubicado en la capilla de la Casa Santa Marta, lugar que fue su hogar durante los 12 años que duró su pontificado.
En las fotografías se aprecia al papa Francisco, vestido con un atuendo litúrgico rojo, y con las manos entrelazadas sosteniendo un rosario negro. Durante el rito de declaración de muerte, su cuerpo fue bendecido por el cardenal Kevin Joseph Farrell, Camarlengo de la Cámara Apostólica.
Francisco, de 88 años, murió el lunes 21 de abril, luego de varias semanas enfrentando complicaciones respiratorias. De acuerdo con fuentes oficiales del Vaticano, su fallecimiento fue “rápido y sin sufrimiento”.
Su última aparición pública tuvo lugar apenas un día antes, durante la celebración del Domingo de Pascua en la Plaza de San Pedro. Desde el papamóvil, saludó a los fieles congregados y les dio la tradicional bendición urbi et orbi. Según la Santa Sede, entre sus últimas palabras a su enfermero, Massimiliano Strappetti, expresó: “Gracias por traerme de vuelta a la plaza”, como una despedida íntima y simbólica de su rebaño.
El funeral de un líder histórico
El féretro del papa será trasladado este miércoles 23 de abril a la Basílica de San Pedro, donde el público podrá rendirle homenaje. El funeral se celebrará al aire libre el sábado 26 de abril a las 10:00 a.m. (hora local).
La ceremonia será presidida por el decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re, quien al concluir el rito pronunciará la última oración antes de que el cuerpo sea llevado a su descanso final.
Según su testamento, Francisco solicitó ser enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor, uno de los santuarios marianos más antiguos de Roma. “Deseo que mi último viaje terrenal culmine precisamente en este antiguo santuario mariano, donde siempre me detenía a orar al principio y al final de cada Viaje Apostólico”, dejó escrito.
Un legado que trasciende
Jorge Mario Bergoglio, originario de Buenos Aires, Argentina, fue el primer papa latinoamericano y el primero perteneciente a la Compañía de Jesús (jesuita) en ocupar el trono de San Pedro. Su pontificado se distinguió por una visión pastoral cercana a los pobres, una profunda conciencia social y su incansable llamado a la paz, la justicia y el cuidado del planeta.
El mundo se despide de un líder espiritual que rompió moldes, desafió protocolos y conquistó corazones más allá del Vaticano. Hoy, millones de fieles y no creyentes lo recuerdan no solo como pontífice, sino como un hombre que supo pastorear con humildad, empatía y firmeza.
