Recientemente, la comunidad científica se movilizó para abordar el asteroide Dimorfos el 26 de septiembre de 2022, logrando desviarlo de la Tierra y mantenernos a salvo. Sin embargo, otro objeto espacial ha llamado la atención de la NASA: el «Cometa Diablo.»
A pesar de las alarmas sonadas debido a su tamaño considerable, estimado en tres veces más grande que el Monte Everest, hasta ahora, este cometa no representa una amenaza real.
Oficialmente designado como «Cometa 12P/Pons-Brooks,» fue descubierto por Jean Louis en Marsella, Francia, el 21 de julio de 1812.
¿Por qué la preocupación en torno al cometa?
El sobrenombre de «Cometa Diablo» puede ser desagradable, pero se debe a que el 5 de octubre, algunos especialistas notaron que este cuerpo celeste brillaba más de lo común. Esto se debió a una segunda explosión (la primera ocurrió el 20 de julio de 2023) que aumentó su radiación solar debido al calentamiento de su núcleo y el consiguiente aumento de la presión en el cometa.
El «Cometa Diablo» es un cometa frío volcánico (criovolcánico) con un núcleo compuesto de hielo, polvo y gas. Este núcleo libera fragmentos helados a través de fisuras expansivas en su capa exterior, creando un espectáculo visual.
Este cometa se acercará a la Tierra el 21 de abril de 2024 y será visible en nuestros cielos, ofreciendo un brillo que no podremos apreciar de nuevo hasta dentro de 72 años. Aunque su nombre y su apariencia puedan generar inquietud, la NASA asegura que no representa ningún riesgo para nuestro planeta.
En resumen, el «Cometa Diablo» es un fenómeno astronómico que promete ser un gran espectáculo para la observación, pero no se espera que cause ningún daño a la Tierra ni a sus habitantes.