En su primer discurso como presidente en su segundo mandato, Donald Trump lanzó un mensaje cargado de nacionalismo, destacando dos promesas polémicas: recuperar el control del Canal de Panamá y renombrar el Golfo de México como el «Golfo de América».
Trump criticó que el Canal de Panamá fuera cedido a su país homónimo, afirmando que fue construido con dinero estadounidense y al costo de 38,000 vidas. «Nos han tratado muy mal por este regalo necio que jamás debió haberse hecho», declaró. Además, acusó que el canal está actualmente bajo el control de China y no de Panamá, calificando esto como una injusticia que buscará corregir.
Por otro lado, Trump también propuso renombrar el Golfo de México, argumentando que el cambio reflejaría mejor la «grandeza y la influencia» de Estados Unidos. Según sus declaraciones, esta medida ya se está discutiendo en el Congreso con el respaldo de sectores conservadores.
El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, rechazó de manera tajante las palabras de Trump, reafirmando que «el Canal es y seguirá siendo de Panamá».
Estas promesas forman parte de lo que Trump llamó «la restauración de América», en la que busca posicionar a Estados Unidos como la nación más poderosa y respetada del mundo.
