Nord Stream 2, la costosa infraestructura de gas de Gazprom que nunca llegó a operar, cerró hoy un acuerdo de reestructuración de deuda con sus acreedores en un tribunal suizo en Zug, evitando el riesgo de bancarrota tras el ultimátum del 9 de mayo.
La corte exigió que la compañía reorganicé sus pasivos o pagara a los pequeños tenedores de bonos, tras registrar pérdidas por 7 000 M USD en 2023 debido al colapso de suministros tras la invasión de Ucrania.
Aunque el gasoducto costó 11 000 M USD, nunca funcionó por las sanciones y los daños de 2022, por lo que Europa dejó de importar por esa vía hasta 110 000 M m³ anuales.
El acuerdo allana el camino para que los acreedores recuperen parte de sus inversiones y evita un proceso de quiebra que complicaría aún más las relaciones energéticas entre Rusia y la UE, la cual planea prohibir nuevos contratos de gas ruso para finales de 2025 y terminar las importaciones en 2027