La estrella del fútbol francés, Kylian Mbappé, vivió una temporada llena de fricciones y desacuerdos con el Paris Saint-Germain (PSG) que mantuvieron en el fondo la posibilidad de un traspaso al Real Madrid. El diario L’Equipe ha revelado detalles de este conflicto que, desde la finalización del Mundial de Qatar 2022, dejó una relación prácticamente rota entre el jugador y el club parisino, en particular con el presidente del PSG, Nasser Al-Khelaifi.
Desacuerdos desde 2023
Los problemas surgieron en el verano de 2023, cuando Mbappé notificó al PSG que no activaría la cláusula de extensión de su contrato hasta 2025. Con esto, forzó al club a tomar una decisión: venderlo en el mismo mercado de verano o dejar que se marchara gratis al Real Madrid un año después. Aunque fue apartado de la gira de pretemporada en Japón, Mbappé terminó jugando con regularidad hasta febrero de 2024, cuando volvió a confirmar a Al-Khelaifi que no renovaría su contrato en París.
En respuesta, Al-Khelaifi supuestamente le advirtió a Mbappé que no permitiría su fichaje por el Real Madrid, ante lo cual el delantero se limitó a reír. La tensión entre ambos aumentó con la filtración de la decisión de Mbappé, y el presidente incluso intentó evitar que el jugador participara en los últimos partidos de la temporada.
Interferencia en el juego de su hermano
La tensión alcanzó un punto crítico cuando Al-Khelaifi pidió al entrenador, Luis Enrique, reducir la participación de Kylian Mbappé, a lo que el técnico español se negó. Sin embargo, el último episodio en la fracturada relación se dio cuando el presidente instruyó que Ethan Mbappé, hermano de Kylian, no fuera convocado para el último partido de la Ligue 1 contra el Toulouse. Esto llevó a un altercado entre el jugador y el presidente, donde Mbappé recordó que el PSG aún le debe 55 millones de euros que había pactado no percibir.
Ahora, con Mbappé en el Real Madrid y el PSG aún lidiando con las secuelas de su partida, ambos lados parecen haber cerrado este capítulo de disputa en el fútbol europeo, aunque las secuelas de sus conflictos personales siguen presentes en los tribunales.