La reciente renovación de contrato de Sergio Pérez con la escudería Red Bull por dos años parecía asegurar la continuidad del piloto mexicano en el equipo. Sin embargo, fuentes cercanas a la escudería austriaca han revelado que los directivos ya no están tan satisfechos con su desempeño. A pesar del compromiso contractual, las expectativas no han sido cumplidas, lo que ha generado dudas sobre el futuro de Pérez con el equipo.
En los últimos eventos, Pérez no ha logrado alcanzar los resultados esperados, lo que ha aumentado la presión tanto para él como para el equipo. Aunque la firma del contrato indicaba confianza en su potencial, las recientes actuaciones han puesto en cuestión su capacidad para competir al más alto nivel. Los directivos de Red Bull están reevaluando su postura, y la posibilidad de que el contrato no se cumpla en su totalidad comienza a ganar fuerza.
Este cambio en la relación entre Pérez y Red Bull refleja la naturaleza volátil del automovilismo de élite, donde el rendimiento constante es esencial para mantener el respaldo de las escuderías. A medida que avanzan las competencias, el piloto mexicano enfrenta el desafío de mejorar sus resultados para asegurar su permanencia y demostrar que puede contribuir de manera significativa a los objetivos del equipo.