En medio de un conflicto que lleva más de una década, los grupos rebeldes sirios, particularmente el Ejército Libre Sirio (ELS) respaldado por Turquía, han logrado avances significativos en las regiones de Alepo e Idlib. Este desarrollo ha intensificado la lucha en el norte de Siria, con reportes de intensos bombardeos por parte de las fuerzas gubernamentales sirias y de Rusia, que buscan contener la expansión de los rebeldes.
Según fuentes locales y declaraciones del ELS, las fuerzas rebeldes han tomado el control de varias áreas estratégicas, aunque no se ha especificado la magnitud exacta de las ganancias territoriales. Este avance ha provocado una fuerte respuesta por parte de los aliados del régimen sirio, con ataques aéreos dirigidos tanto a posiciones rebeldes como a áreas civiles.
Decenas de víctimas en el norte del país
Los intensos bombardeos han dejado un saldo de decenas de muertos, incluidos civiles, y cientos de heridos. Organizaciones de derechos humanos han denunciado el uso de armamento pesado en zonas densamente pobladas, lo que ha exacerbado la crisis humanitaria en la región.
Equipos de rescate locales han informado que muchas de las víctimas quedaron atrapadas bajo los escombros tras los ataques aéreos. En tanto, miles de personas han sido desplazadas en busca de seguridad, huyendo hacia la frontera turca, que ya enfrenta una presión significativa debido al flujo continuo de refugiados.
Intervención turca y tensiones internacionales
El apoyo militar y logístico de Turquía al ELS ha sido crucial en sus recientes avances. Sin embargo, esto ha tensado aún más las relaciones con Rusia, que acusa a Ankara de desestabilizar la región. Turquía, por su parte, sostiene que su intervención busca garantizar su propia seguridad fronteriza y contrarrestar la amenaza de milicias kurdas en la zona.
Impacto humanitario y político
La intensificación del conflicto en el norte de Siria ocurre en un contexto de deterioro de las condiciones de vida en todo el país. Naciones Unidas y organizaciones no gubernamentales han alertado sobre una crisis alimentaria creciente, con millones de personas dependiendo de ayuda humanitaria que, en muchos casos, no puede llegar debido a las restricciones de acceso en áreas en conflicto.
En el ámbito político, estos avances del ELS complican los esfuerzos internacionales para encontrar una solución negociada al conflicto sirio. La comunidad internacional sigue dividida entre los intereses de potencias como Rusia, Turquía y Estados Unidos, lo que dificulta la implementación de acuerdos de paz.
Un conflicto sin fin claro
Con los recientes enfrentamientos, Siria continúa atrapada en una espiral de violencia que, tras más de 13 años, sigue cobrando vidas y desplazando a su población. Mientras tanto, las comunidades afectadas en Alepo e Idlib enfrentan un futuro incierto, marcado por la destrucción y la falta de acceso a recursos básicos.
Se espera que en los próximos días las tensiones aumenten, con nuevos ataques y movimientos estratégicos que podrían cambiar el equilibrio en el terreno, dejando a la población civil nuevamente en el centro del conflicto.