Francia se encuentra al borde de una crisis política significativa, luego de que los partidos de extrema derecha e izquierda anunciaran este lunes que votarán a favor de una moción de censura contra el primer ministro Michel Barnier. Este movimiento podría ser decisivo para derrocar al gobierno, en un contexto de creciente descontento popular y tensiones parlamentarias.
La controversia surge tras la decisión de Barnier de intentar aprobar el presupuesto de seguridad social para 2025 sin someterlo a votación, luego de fracasar en obtener el apoyo del ultraderechista Reagrupamiento Nacional (RN). Marine Le Pen, líder del RN, confirmó que su partido presentará su propia moción de censura y respaldará cualquier iniciativa similar de otras fuerzas políticas.
Oposición unida contra el gobierno
«Los franceses están hartos», declaró Le Pen. «Quizá pensaron que con Michel Barnier las cosas irían mejor, pero han empeorado aún más». Por su parte, Mathilde Panot, de Francia Insumisa, acusó al gobierno de sumir al país en el «caos político». “Censuraremos al gobierno. Estamos viviendo una negación de la democracia”, afirmó.
Si la extrema derecha y la extrema izquierda logran unir fuerzas y movilizar a sus legisladores, podrían sumar los votos necesarios para destituir al primer ministro. En ese caso, Francia enfrentaría su primera caída gubernamental por una moción de censura desde 1962.
Contexto de incertidumbre política
Las dificultades para aprobar el presupuesto reflejan la profunda división en el Parlamento francés, donde el gobierno de Barnier ha enfrentado constantes bloqueos legislativos. Esta situación amenaza con desestabilizar aún más a Francia, que ya vivió una crisis política hace seis meses.
En su discurso ante el Parlamento, Barnier calificó el momento como “decisivo” y apeló a los legisladores para que prioricen el bienestar del país sobre intereses partidistas. «Los franceses no nos perdonarán que antepongamos los intereses particulares al futuro del país», advirtió.
Próximos pasos
La oposición tiene 24 horas para presentar formalmente la moción de censura, que se espera sea votada este miércoles. De ser aprobada, el gobierno de Barnier colapsaría, lo que podría desencadenar una parálisis política y obligar al presidente Emmanuel Macron a tomar medidas extraordinarias para formar un nuevo gobierno o incluso convocar elecciones anticipadas.
Esta crisis refleja la inestabilidad que afecta no solo a Francia, sino a varios países de la Unión Europea, donde las divisiones internas dificultan el avance de políticas clave en medio de crecientes desafíos económicos y sociales.