A tres meses y 21 días de la desaparición de Pablo Jared, un joven cuya ausencia ha conmocionado a su comunidad, un equipo de antropólogos especializados se ha integrado a las labores de búsqueda con el objetivo de localizar cualquier rastro que permita esclarecer su paradero.
La búsqueda se concentra en el extenso desierto de Coahuila, cerca de la enigmática Zona del Silencio, un lugar donde la inmensidad del terreno y la complejidad de las condiciones dificultan los esfuerzos de localización.
Un esfuerzo multidisciplinario
Diana Guerrero, arqueóloga del Centro Regional de Identificación Humana de Coahuila, explicó que el equipo se enfoca en analizar áreas clave cercanas al sitio donde fue encontrada la camioneta de Pablo Jared. Mediante el uso de drones y vehículos todoterreno, se han capturado más de 10 mil fotografías por sesión para identificar posibles indicios en el terreno.
Además, se han encontrado algunas pistas preliminares, como un chip de celular y partes de un aparato electrónico, que ya están siendo analizadas por las autoridades. Sin embargo, hasta ahora no se ha establecido un vínculo claro con la desaparición de Pablo.
Pocas pistas y un vasto territorio
El equipo enfrenta enormes desafíos debido a la extensión del terreno y la falta de información concreta. Guerrero señaló que el caso se complica por la presencia de múltiples teorías, incluida una que sugiere que Pablo pudo haber interactuado con policías municipales de Francisco I. Madero, según un mensaje recibido por el padre del joven. Esta línea de investigación sigue en curso.
Por su parte, Janeth Adame, madre de Pablo Jared, expresó su angustia por la incertidumbre y la falta de respuestas. «No sabemos las condiciones en las que está, pero tenemos la esperanza de encontrarlo con vida. Es una agonía día a día», afirmó.
Familiares se convierten en buscadores
La familia de Pablo Jared ha asumido un papel activo en las labores de búsqueda, enfrentando el frío extremo del desierto y las limitaciones de recursos. También han hecho un llamado a la comunidad para que proporcione cualquier información, incluso de forma anónima, que pueda ayudar a localizar al joven.
«Siempre hay alguien que ve o escucha algo. Les ruego de corazón que nos ayuden», concluyó Janeth Adame.
Un caso que conmueve a la región
La desaparición de Pablo Jared ha movilizado a autoridades de Coahuila y Durango, así como a su comunidad, quienes no cesarán en sus esfuerzos por encontrarlo. La familia mantiene la esperanza de que nuevas pistas emerjan y que esta dolorosa incertidumbre llegue a su fin.