Rusia y Corea del Norte comenzaron la construcción de un puente carretero de 850 m sobre el río Tumen, cuyo fin es potenciar el comercio y la cooperación militar entre ambos aliados. El proyecto, acordado durante la visita de Putin en 2024, se ejecutará en 18 meses y se conectará con la red de autopistas rusas.
Pyongyang espera que el enlace incremente el turismo y facilite el suministro de productos básicos, mientras Moscú busca asegurar rutas alternativas ante sanciones internacionales. Parlamentarios surcoreanos alertaron del uso dual del puente para despliegue de tropas norcoreanas en apoyo a Rusia en Ucrania.
Expertos en geopolítica advierten que la obra simboliza un viraje de Corea del Norte hacia Rusia y refleja una solidaridad estratégica que desafía el orden punitivo occidental.
La UE y EE. UU. han condenado la colaboración militar, pero no discrepan de la legalidad de la infraestructura civil.