En una contundente manifestación que paralizó la calzada Industrial de Torreón, habitantes de las colonias Primera y Segunda Rinconada tomaron medidas drásticas para llamar la atención sobre la grave escasez de agua que afecta a la zona. Armados con sombrillas y pancartas, los residentes bloquearon los carriles en ambas direcciones, interrumpiendo el tráfico y generando una situación tensa.
La lucha por el suministro de agua ha sido constante para estos vecinos, quienes han enfrentado meses de dificultades y carencias en el servicio. Aunque el Sistema Municipal de Agua y Saneamiento (Simas) ha proporcionado asistencia en forma de camiones cisterna, los habitantes de la Segunda Rinconada, como Juan Francisco Gaytán García, afirman que estas medidas son insuficientes para abordar la magnitud del problema.
La controversia se profundiza al conocer que, a pesar de la inversión en nuevos pozos de agua en áreas cercanas como Jabonera y La Fe, los resultados no son evidentes en las colonias afectadas. La falta de transparencia en la gestión y distribución de los recursos hídricos plantea interrogantes sobre la eficacia y la equidad en la asignación de estos recursos vitales.
Una de las preocupaciones más apremiantes radica en la desigualdad de los pagos. Vecinos que cumplen puntualmente con sus recibos de agua se encuentran en la paradójica situación de sufrir la carestía, mientras que hay quienes disfrutan del servicio sin haber cumplido con sus obligaciones financieras. Esta disparidad ha llevado a demandas de soluciones justas, incluido un posible descuento para los morosos con el fin de recaudar fondos para mejoras en el suministro.
A pesar de la retirada de los manifestantes tras un diálogo con funcionarios de Agua y Saneamiento, la amenaza de futuras protestas planea sobre la situación. Los vecinos han expresado su intención de establecer una comisión para abordar el problema con las autoridades, aunque advierten que si no se atiende adecuadamente, están dispuestos a repetir acciones de bloqueo que afecten la movilidad urbana.
Este incidente pone en relieve una problemática más amplia que muchas comunidades enfrentan en todo el país: la gestión del recurso hídrico y la distribución equitativa. La manifestación y sus consecuencias exponen la frustración de los ciudadanos cuando las necesidades básicas no son satisfechas, lo que resalta la importancia de una gestión transparente y eficiente de los recursos públicos para evitar futuros descontentos y confrontaciones