El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha tomado la decisión de pausar su agenda pública temporalmente para reflexionar sobre la posibilidad de renunciar a su cargo como jefe del Ejecutivo. Esta medida surge luego de que un juez español aceptara investigar acusaciones de corrupción contra su esposa, Begoña Gómez. El presidente comunicará su decisión el próximo 29 de abril.
Las acusaciones contra Gómez, de 49 años, provienen de un grupo privado, Manos Limpias, conocido por presentar demandas principalmente de corte conservador. La investigación se centrará en si Gómez utilizó su posición para influir en acuerdos de negocios. A pesar de que la esposa de Sánchez no ocupa un cargo público y mantiene un perfil político bajo, la situación ha generado una profunda controversia política.
Manos Limpias, aunque se describe como un sindicato, se dedica principalmente a perseguir casos judiciales y ha estado vinculado con causas de la derecha. El ministro de Justicia, Félix Bolaños, ha calificado las acusaciones como «falsas», mientras que Sánchez, al ser cuestionado en el Parlamento sobre el funcionamiento del sistema judicial, expresó su continua fe en la justicia española.
La decisión de Sánchez de considerar la renuncia refleja la seriedad del asunto y la presión política que enfrenta. La resolución final tendrá un impacto significativo en el futuro político de España y en la estabilidad del Gobierno en medio de esta controversia.