El gobierno de Islamabad anunció que cuenta con “inteligencia creíble” de que India planea ejecutar una operación militar en la frontera en las próximas 24 a 36 horas, según declaraciones oficiales del ministro de Asuntos Exteriores.
La supuesta ofensiva se fundamentaría en acusaciones “infundadas” de Pakistán sobre su implicación en un ataque en Pahalgam, en Kashmir controlado por India.
En respuesta, Pakistán cerró su espacio aéreo a aerolíneas indias y reforzó las tropas en la región del Punjab y Gilgit-Baltistán, mientras solicitaba a la comunidad internacional mediar para evitar un conflicto entre dos potencias nucleares. Expertos señalan que la escalada podría derivar en sanciones económicas mutuas y afectar el Tratado de Aguas del Indo, provocando repercusiones humanitarias en una población ya vulnerable.
El Consejo de Seguridad de la ONU convocó una sesión de emergencia a petición de Pakistán, y EUA instó a Delhi y Islamabad a retomar el diálogo bilateral para reducir tensiones. Analistas advierten que cualquier enfrentamiento, incluso limitado, podría desestabilizar el sur de Asia y reavivar temores de una guerra regional con alcance global.