En una noche estrellada que prometía emociones y vibraciones únicas, el Coliseo Centenario se llenó de entusiasmo y anticipación para recibir a una de las voces más icónicas de la música mexicana, León Larregui. El carismático cantante, famoso por su estilo psicodélico y su habilidad para transmitir emociones inexplicables, presentó su gira «Prismarama» ante una audiencia entregada.
El concierto comenzó con un preludio musical a cargo de la banda regiomontana Clubz, cuyos sonidos electrónicos prepararon el terreno para la experiencia única que estaba por venir. A las 21:35, el astro de la noche, vestido de blanco y con sus característicos lentes oscuros, hizo su entrada triunfal, desatando gritos ensordecedores por parte de los fans que lo aclamaban.
León Larregui comenzó su actuación con «Oh Sunny Days», una canción que marcó el inicio de un viaje musical psicodélico que transportó a la audiencia a un mundo de emociones y sensaciones. A lo largo de la noche, el artista interpretó una selección de canciones de su primer álbum en solitario, «Solstis», que hizo referencia al solsticio de 2012.
Temas como «Carmín», que inundó el escenario de rojo, y «Como tú», que revivió al público, se destacaron en la velada. La dedicación de León Larregui a su ídolo, Jacobo Grinberg, se reflejó en «Lattice», y su trompetista hizo un solo que preparó el escenario para una serie de baladas románticas que emocionaron al público.
Uno de los momentos más especiales de la noche llegó con «Brillas», una de las canciones más emblemáticas de Larregui que llevó a la audiencia a corear el estribillo con entusiasmo.
León Larregui cerró la noche con una explosión de colores y emociones, como un verdadero prisma, dejando una impresión duradera en el público de La Laguna. Su música, que transmite una perspectiva única y emociones inexplicables, continuará siendo un faro para sus seguidores en todas las etapas de la vida.
El concierto de León Larregui en el Coliseo Centenario fue un testimonio de la conexión profunda que su música crea entre él y su audiencia, una experiencia que los laguneros recordarán con cariño durante mucho tiempo
