Fuegos forestales avivados por vientos secos cercaron comunidades en las colinas de Jerusalén, forzando la evacuación de varios miles de habitantes y el cierre de la ruta principal a Tel Aviv. El primer ministro Netanyahu solicitó asistencia internacional y desplegó al ejército para apoyar a bomberos y equipos de rescate.
Las llamas consumieron matorrales y viviendas de las afueras, y las autoridades alertaron sobre la calidad del aire y el riesgo de nuevos focos en días venideros. Se habilitaron refugios temporales y se impartieron instrucciones de autoprotección a la población.
ONGs ambientales atribuyeron la intensidad inusual de los fuegos al cambio climático y urgieron un plan de manejo forestal y restauración de cuencas. Mientras, la UE ofreció ayuda técnica para modernizar los sistemas de alerta temprana en la región.