Un documento interno de la ONU reveló que Estados Unidos busca debilitar los esfuerzos de financiación del desarrollo global, promoviendo recortes en los fondos multilaterales y priorizando vías bilaterales. La estrategia estadounidense, según filtraciones, persigue aumentar la influencia de bancos privados en proyectos de infraestructura en África y Asia.
Países en desarrollo y la UE criticaron la iniciativa, argumentando que minaría la cohesión de los mecanismos de la ONU y dejaría proyectos esenciales sin financiamiento adecuado, especialmente en cambio climático y salud pública. India y Brasil lideran la protesta en la Asamblea General para preservar el multilateralismo.
Expertos en economía del desarrollo advierten que la tendencia hacia la privatización de la financiación podría aumentar costos de los préstamos para los países más pobres y reducir la transparencia en la asignación de recursos.


