Estados Unidos ultimó un paquete de sanciones financieras y energéticas contra entidades rusas vinculadas al apoyo al esfuerzo bélico en Ucrania, que incluye restricciones a bancos estatales y exportaciones de petróleo . La medida, según fuentes del Tesoro, busca incrementar el coste de la guerra para Moscú y presionar un alto el fuego negociado antes de la próxima cumbre del G7.
Aunque el Congreso aún debe aprobar parte de los fondos asociados, la Casa Blanca confía en que las medidas puedan entrar en vigor a mediados de mayo, coincidiendo con la visita de altos diplomáticos europeos a Washington. Analistas advierten que, de aplicarse plenamente, las sanciones podrían reducir los ingresos energéticos de Rusia en un 15 % anual y complicar la financiación de sus operaciones militares.
Moscú ha reaccionado calificando las sanciones de “ilegítimas” e “inamistosas” y advirtiendo represalias que podrían incluir limitaciones al tránsito de gas hacia Europa. La Unión Europea observa con cautela, pues depende en un 40 % del gas ruso, y estudia medidas para mitigar un posible choque energético.
