Ciudad de México. La Comisión Federal de Electricidad (CFE) cerró el año 2024 con pérdidas por 271 mil 574 millones de pesos, una cifra sin precedentes que marca el resultado financiero más adverso del sexenio anterior y el más alto desde que se tiene registro.
Los estados financieros auditados revelan que esta pérdida representa un incremento del 118 por ciento respecto a lo reportado en febrero a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), lo que generó inquietud sobre la estabilidad financiera de la empresa productiva del Estado.
¿Qué causó las pérdidas?
La CFE, dirigida por Emilia Calleja Alor, atribuyó los números rojos a dos factores principales:
- El efecto del tipo de cambio en los arrendamientos reconocidos bajo Normas Internacionales de Información Financiera (IFRS).
- El cambio de régimen fiscal, tras su transformación en Empresa Pública del Estado a partir del 1 de noviembre de 2024.
Esta reestructuración tributaria implicó un impacto único por cancelación de ISR diferido equivalente a 174 mil 954 millones de pesos. La empresa aclaró que, aunque estas provisiones afectaron el resultado neto, no impactan directamente su flujo de efectivo.
Crecen ingresos y utilidad operativa
Pese a las pérdidas netas, la CFE reportó ingresos por 667 mil 244 millones de pesos, un aumento del 4.3 por ciento anual. Las ventas de energía eléctrica crecieron 4.1 por ciento, impulsadas por un alza en la demanda de los sectores doméstico (+7.6%) y comercial (+5.1%).
En contraste, los costos de operación se redujeron 0.7 por ciento, situándose en 510 mil 206 millones de pesos, con una baja notable en los costos de energéticos (–11.7%), debido principalmente a la caída del 24 por ciento en el precio del gas natural.
Gracias a esta contención de costos, la utilidad de operación alcanzó los 157 mil 038 millones de pesos, un incremento del 24.4 por ciento, el más alto en la historia de la empresa, según datos de su informe anual.
Enfoque a futuro
En su comunicado, la CFE aseguró que estos resultados reflejan una capacidad operativa sólida para hacer frente al Plan de Expansión 2025–2030, enfocado en atender la creciente demanda eléctrica del país sin aumentar las tarifas en términos reales.