En un conmovedor acto de fe y esperanza, una imagen de la Virgen de Guadalupe quedó intacta entre los escombros de una mueblería en el Barrio Nuevo de San Pedro, tras un incendio que arrasó con la fábrica en los primeros minutos del Año Nuevo. Este suceso, que consumió por completo la fábrica ubicada sobre la calle Treviño, entre las avenidas Juárez y Pedro G. Garza, dejó una imagen de resiliencia en medio de la tragedia.
El incendio, que devastó madera, telas, pinturas y productos terminados, fue controlado tras más de dos horas de arduo trabajo por parte de los bomberos. A medida que las llamas fueron sofocadas y el área enfriada para evitar que se reavivaran, un hallazgo inesperado sorprendió a los rescatistas. Al ingresar por la puerta principal de la fábrica, completamente destruida, los bomberos encontraron una imagen de bulto de la Virgen de Guadalupe que, a pesar de estar cubierta de hollín, permaneció en perfectas condiciones estructurales.
El oficial Rodolfo García, visiblemente emocionado por el hallazgo, recogió la imagen entre sus manos, envolviéndola con su traje contra incendios para trasladarla a un lugar seguro. Conmovido, comentó: «Es un milagro», y subrayó la importancia de encomendarse a Dios en su peligrosa labor. «Salimos ilesos, y eso también lo consideramos un milagro. Este trabajo nos enfrenta a muchos riesgos, y siempre confiamos en que alguien nos cuida desde arriba».
A pesar de la completa destrucción de la fábrica, los propietarios, aún consternados por las pérdidas materiales, encontraron en la Virgen de Guadalupe un símbolo de consuelo y fortaleza. Agradecieron a los bomberos por el gesto y expresaron su deseo de conservar la imagen como un recordatorio de la esperanza y la fe que los acompañará en el proceso de reconstrucción.
Las autoridades municipales han anunciado que se llevarán a cabo peritajes para determinar las causas del incendio y evaluar los daños materiales. Mientras tanto, la comunidad de San Pedro se une en solidaridad con los afectados, reafirmando su fuerza y esperanza ante la adversidad.
En medio de las cenizas y la desolación, la Virgen de Guadalupe se erige como un faro de esperanza, un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, siempre puede surgir una luz que guíe el camino hacia la reconstrucción.
SECV