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viernes, junio 27, 2025
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    Una mamá NO NORMAL❤️ | Anel Pinedo

     

    Soy madre soltera de dos niños, de 14 y 10 años, y hace 13 años me aventuré a emprender con mi salón de belleza, sin imaginar las satisfacciones que este camino me traería. Combinar la maternidad con el emprendimiento no ha sido fácil —sobre todo cuando se es madre y padre a la vez— pero aprendí que difícil no significa imposible. Espero que mi historia te inspire a creer que, si nos lo proponemos, las mamás podemos lograr miles de cosas al mismo tiempo.

    Soy estilista y micropigmentadora desde hace varios años. Actualmente nos encontramos en Gómez Palacio, Durango, en la calle Escobedo, esquina con Bravo #272, colonia Centro.

    A lo largo de los años hemos enfrentado muchos cambios, porque cuando emprendes, estás en constante adaptación, tanto por la sociedad como por tu vida personal. Para mí, el negocio se convirtió en una extensión de mi familia; en mi caso, es como un hijo más.

    Emprender nunca fue parte de un plan trazado. Al igual que muchas mujeres, pensaba dedicarme al hogar y cuidar a mis hijos, ser “una mamá normal”. Pero como sucede en muchas historias actuales, me separé y me quedé a cargo de mis pequeños, que entonces tenían apenas 4 años y 6 meses de edad. La pregunta que me atormentaba era: ¿quién los cuidaría mientras yo trabajaba? Fue entonces cuando nació la idea —y el amor— por emprender desde la sala de mi casa, donde podía trabajar sin dejar de cuidar a mis hijos.

    No fue fácil, pero creo firmemente que las mamás tenemos el don de resolver y superar cualquier obstáculo. Así, mis hijos crecieron entre tijeras, cabello y secadoras. Mientras yo cortaba cabello, mis clientas le daban el biberón a mi bebé, y mi hija mayor ayudaba a dormirlo. Así nos convertimos en un equipo. Y mientras mis hijos crecían, también lo hacía mi otro “bebé”: Anel Pinedo Salón.

    Después de dos años, nos mudamos a un espacio más grande que dio empleo a muchos estilistas durante siete años. Sobrevivimos a la pandemia, uno de los retos más difíciles para cualquier emprendedor, pero también uno de los más valiosos en aprendizajes. Aprendí que el emprendimiento no solo es abrir un negocio, sino comprometerse con él en las buenas y en las malas. Perseverar hasta encontrar el equilibrio. Ser emprendedora no es para cualquiera; ser mamá soltera y emprendedora, mucho menos. Por eso, me siento orgullosa de ser parte de esas mamás “no normales” que, día a día, se levantan con la responsabilidad y el amor de sacar adelante a sus hijos… y también a su negocio.

    De la sala de mi casa, dimos el salto a Televisa Laguna, donde durante tres años regalamos cambios de imagen a televidentes de toda La Laguna. Esta experiencia expandió mi negocio y me permitió conocer a muchas mujeres valiosas que, aún hoy, siguen siendo mis clientas.

    Con el tiempo, dejamos de ser solo un salón de belleza para incursionar en el mundo de la micropigmentación, siendo una de las pioneras en ofrecer microblading en la región. Incluso después de tomarme un año de descanso, regresé con más preparación, experiencia y ganas de seguir ofreciendo lo mejor a mis clientas. Porque como madres también pasamos por etapas en las que necesitamos pausas para volver más fuertes.

    Hoy, estoy más firme que nunca, con el corazón lleno de gratitud y energía para seguir creciendo y, sobre todo, para seguir llenando de alegría a todas las mujeres que día a día confían en mí.

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