La Unión Europea está elaborando un “plan B” para mantener sanciones económicas contra Rusia en caso de que la Administración Trump se retire de las negociaciones de paz con Moscú o reanude vínculos comerciales, advirtió la alta representante Kaja Kallas.
Este plan incluiría medidas unilaterales de cada país miembro para sostener el embargo energético y financiero, junto a la posible creación de un fondo de apoyo directo a Kiev financiado por la UE y aliados extracomunitarios.
La iniciativa responde al temor de que un viraje de EE. UU. debilite la cohesión del régimen de sanciones y permita que empresas estadounidenses retomen negocios en Rusia, mientras las europeas siguen restringidas.
Hungría amenaza con vetar la renovación de sanciones en julio, lo que refuerza la necesidad de un mecanismo alternativo para preservar la presión sobre Moscú.
Paralelamente, la Comisión estudia reasignar partidas del presupuesto comunitario hacia defensa y energía, y activar la “cláusula de escape” fiscal para financiar apoyo militar a Ucrania sin romper las reglas de déficit.
El plan B subraya la voluntad europea de no depender exclusivamente de la política estadounidense en un momento crítico de la guerra.
