El Coliseo Centenario de Torreón fue testigo de una noche inolvidable con el regreso de Miguel Bosé, quien, tras 15 años de ausencia en tierras laguneras, cautivó a su público con su «Importante Tour». Con una puesta en escena impecable, el artista ofreció un recorrido por su legado musical, despertando memorias y emociones en una audiencia que abarrotó el recinto desde temprana hora.
Puntual a su cita, Bosé apareció en el escenario a las 21:39 horas, provocando una ovación estruendosa. Ataviado con un elegante traje blanco, acompañado por músicos y bailarines igualmente vestidos de blanco, inició su espectáculo con «Mirarte», «Duende» y «El hijo del capitán Trueno». La energía se elevó con «Nena», tema que puso a todos de pie y marcó el tono festivo de la velada.
«Buenas noches, Torreón», saludó el cantante. «Esta noche vamos a despertar muchos viajes, muchos recuerdos. Bienvenido Torreón», expresó con emoción, mientras los asistentes respondían con vítores y aplausos.
La velada continuó con una selección de éxitos que han trascendido generaciones, entre ellos «Aire soy», «Bambú», «Este mundo va», «Sereno», «Solo sí», «Hacer por hacer» y «Como un lobo», todos coreados al unísono por el público. Uno de los momentos más emotivos ocurrió con «Nada particular», cuando Bosé pidió a sus seguidores encender las luces de sus celulares, creando un mar de destellos.
Un cambio de vestuario marcó otro punto álgido del espectáculo: el artista reapareció con un llamativo atuendo rojo, adornado con una cola cubierta de rosas, para interpretar «Olvídame tú» y «Sevilla», en un segmento que desató gritos de «¡Torero, torero!» entre sus admiradores.
El repertorio avanzó con clásicos románticos como «Amiga», «Creo en ti», «Partisano» y «Puede que», demostrando la versatilidad de Bosé para conectar con distintas emociones. La noche avanzaba y el artista no dejó fuera su icónica «Morena mía», luciendo ahora un traje amarillo, mientras el público la cantaba y bailaba con euforia.
El cierre no pudo ser más espectacular: «Amante bandido», «Te amaré» y «Don Diablo» marcaron la despedida de un concierto que quedará grabado en el corazón de los laguneros. Cerca de la medianoche, Bosé lanzó besos desde el escenario, mientras los asistentes coreaban «¡Bosé, Bosé!» con una intensidad que reflejaba el cariño y admiración por el artista. Una noche mágica, un regreso triunfal y una conexión que, después de 15 años, sigue intacta.