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martes, junio 24, 2025
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    ISIS JOHANA HERNÁNDEZ: Transformar vidas desde el amor y la empatía

    «Guiando con el corazón, aprendiendo con amor» – CADII

    En el corazón del Colegio Bilingüe San Ángel, en medio de risas infantiles, materiales didácticos y sueños en construcción, un proyecto visionario está cambiando silenciosamente la vida de decenas de familias: el Centro de Autismo y Desarrollo Integral Infantil (CADII). Al frente se encuentra Isis Johana Hernández, una mujer que ha hecho del amor, la empatía y la experiencia personal, una misión de vida.

    Como directora del nivel preescolar y madre de dos niños diagnosticados con autismo, Johana sabía de primera mano lo que implica enfrentarse a un diagnóstico sin contar con las herramientas necesarias.
    “Muchos padres enfrentan el diagnóstico de sus hijos sin el apoyo adecuado. Yo quería crear un espacio donde todos los niños, independientemente de sus condiciones, pudieran recibir atención a costos accesibles”, comparte.

    Esa necesidad encendió la chispa que daría vida al CADII. No fue fácil. El primer reto fue sensibilizar a la comunidad e instituciones sobre la importancia de contar con un centro especializado dentro de un colegio. Pero Johana, con su compromiso, preparación y liderazgo, convirtió su visión en realidad.

    El primer paso fue diseñar un modelo de atención integral, centrado no solo en el desarrollo académico de los niños, sino también en el emocional. Hoy en día, CADII ofrece evaluaciones personalizadas, terapias, talleres socioemocionales y acompañamiento para padres, todo desde un enfoque empático y profesional.

    “Recibir un diagnóstico puede ser abrumador para los padres. Por eso, en CADII no solo atendemos al niño, también apoyamos a la familia.”

    Con un equipo de psicólogas altamente capacitadas, CADII se ha convertido en un espacio de contención, esperanza y transformación para quienes no encontraban respuestas adecuadas en otros centros. Desde su fundación, ha crecido tanto en impacto como en alcance, atendiendo actualmente a alumnos del colegio y también a niños externos.

    Cada familia que llega trae una historia, un reto y una ilusión. Para Johana, los momentos más gratificantes son cuando ve avances inesperados en un niño o cuando una madre recupera la esperanza.
    “Hay familias que nos agradecen con lágrimas en los ojos, porque aquí encontraron lo que llevaban años buscando. Eso no tiene precio”, dice con una sonrisa cargada de emoción.

    Pero no todo ha sido sencillo. Johana ha tenido que romper mitos sobre el autismo —como la falsa creencia de que todos los niños en el espectro tienen las mismas necesidades— y generar conciencia sobre la importancia de la detección temprana. CADII trabaja también en la educación social sobre el espectro autista, a través de pláticas, talleres y campañas de sensibilización.

    A pesar de no depender exclusivamente de apoyos institucionales, CADII ha logrado sostenerse gracias al esfuerzo de su equipo y a la confianza de las familias. Johana valora profundamente el compromiso de cada profesional que se ha sumado a este proyecto.

    De cara al futuro, sueña con expandir CADII a otras sedes, llevar su modelo a más comunidades y seguir marcando una diferencia real. Le gustaría ver una sociedad más inclusiva, en la que los niños neurodivergentes sean reconocidos no por sus dificultades, sino por su capacidad de enriquecer el mundo con diversidad y empatía.

    A otras mujeres que desean emprender desde el corazón, les deja un mensaje:

    “Confíen en su visión, aunque al inicio parezca que pocos lo entienden. Si lo haces con amor y propósito, el impacto llegará solo.”

    CADII no es solo un centro de atención infantil. Es un símbolo de esperanza. Y detrás de él, está una mujer que decidió no quedarse con los brazos cruzados, sino abrir puertas… con el corazón.

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