La inflación en Estados Unidos registró una notable disminución en septiembre, cayendo al 2.1% en la medición anual según el índice de precios de consumo personal (PCE), el cual es seguido de cerca por la Reserva Federal (Fed). Este dato marca la cifra más baja desde febrero de 2021 y representa una ligera caída respecto al 2.3% registrado en agosto.
El aumento de precios en términos mensuales fue del 0.2%, ligeramente superior al incremento del 0.1% observado entre julio y agosto. Estos resultados se alinean con las expectativas de los analistas, sugiriendo un enfriamiento de las presiones inflacionarias.
En cuanto a la inflación subyacente, que excluye los precios más volátiles como alimentos y energía, se mantuvo en un 2.7% en comparación con el año anterior. En la medición mensual, esta cifra mostró un ligero aumento, subiendo del 0.2% de julio a agosto al 0.3% de agosto a septiembre.
El índice de precios al consumo (IPC), que también refleja la inflación, había reportado anteriormente una baja similar, ubicándose en un 2.4% en septiembre, lo que también representa su nivel más bajo desde principios de 2021.
La caída en la inflación se produce en un contexto político sensible, con las elecciones presidenciales a la vista. Una encuesta de Bankrate indica que el 41% de los estadounidenses consideran la inflación como su principal preocupación económica, un dato que se eleva al 56% entre los votantes republicanos, en contraste con el 28% entre los demócratas.
Durante la campaña electoral, tanto la vicepresidenta Kamala Harris como el expresidente Donald Trump han propuesto medidas para abordar la inflación y fortalecer la economía. Trump ha prometido reducir el costo de vida mediante la disminución de impuestos, mientras que Harris asegura tener un plan detallado que, según economistas, reforzará la economía.
La Reserva Federal ha tomado medidas drásticas para combatir la inflación, elevando sus tasas de interés a niveles que no se veían en más de 20 años. Aunque la inflación está ahora cerca de la meta del 2% de la Fed, el enfoque del banco central se está desplazando hacia la reducción del desempleo, dado que su doble mandato incluye tanto el control de la inflación como el logro del pleno empleo.