El 30 de abril de 2025, tras un atentado que costó la vida a 26 civiles en Cachemira administrada por India, el secretario de Estado Marco Rubio urgió por separado a India y Pakistán a “desescalar tensiones, restablecer comunicaciones directas y preservar la paz”.
Rubio expresó apoyo a la investigación del ataque y pidió a Pakistán cooperar, mientras exhortaba a India a moderar su retórica para evitar una espiral militar.
El atentado llevó al cierre mutuo del espacio aéreo y al rompimiento de un tratado de aguas, incrementando el riesgo de enfrentamientos entre dos potencias nucleares.
Islamabad advirtió de inteligencia sobre un posible golpe militar indio en 24-36 horas, y Delhi defendió su derecho a responder al terrorismo.
Mandatarios de la ONU, Reino Unido y China pidieron contención, mientras la India mantuvo fuego de baja intensidad en la frontera nocturna sin víctimas que lamentar.