A un mes de que concluya la administración del gobernador Miguel Ángel Riquelme al frente del Poder Ejecutivo de Coahuila, el titular de la Fiscalía General del Estado, Gerardo Márquez, ha expresado un panorama alentador respecto a la seguridad en la entidad.
En una declaración reciente, Márquez destacó que a nivel nacional, la Fiscalía de Coahuila se posiciona en el segundo lugar en la implementación del Nuevo Sistema de Justicia Penal. Además, el estado goza de una percepción de seguridad elevada, con tasas de delincuencia notablemente bajas. Coahuila también ostenta el segundo lugar como estado con menos homicidios y sin secuestros.
Según el encargado de la procuración de justicia en la entidad, las estadísticas más recientes indican que el año 2023 está concluyendo con una disminución de entre un 15 y un 20 por ciento en delitos de alto impacto. Si se toma en cuenta el año con la mayor incidencia delictiva, esta reducción se traduce en un impresionante 90 al 94 por ciento menos de delitos.
Este comunicado ha suscitado diversas reacciones y debates en la opinión pública, y algunos se preguntan si estas estadísticas reflejan la realidad completa de la seguridad en Coahuila. En el pasado, ha habido denuncias sobre la manipulación de cifras o la falta de denuncia de delitos, lo que podría influir en la percepción de seguridad y las estadísticas.
Además, críticos argumentan que, incluso si las cifras han mejorado, no se deben ignorar los desafíos persistentes en la seguridad pública y que la lucha contra la delincuencia debe continuar siendo una prioridad en la administración venidera.
La evaluación positiva y las estadísticas de seguridad en Coahuila plantean preguntas importantes sobre la veracidad de los datos y la eficacia de las políticas implementadas en el estado. Con el cambio de administración a la vuelta de la esquina, será crucial seguir monitoreando de cerca la situación de seguridad en la región y garantizar que se aborden adecuadamente los problemas en curso
