Ciudad de México.- La tarde del 10 de septiembre, una pipa con 50 mil litros de gas explotó bajo el Puente de la Concordia, en Iztapalapa, desatando una tragedia que dejó muertos, decenas de heridos y escenas de desesperación.
Entre ese caos, un acto de heroísmo se volvió símbolo de esperanza: Alicia Matías Teodoro, abuela de 49 años, se interpuso entre las llamas y su nieta de dos años, Azuleth, para protegerla.
Alicia soportó el impacto y las quemaduras para salvar a la pequeña. Testigos relatan que, con el cuerpo chamuscado, logró caminar entre cenizas y asfalto ardiente sin soltar a su nieta. Un policía de la Secretaría de Seguridad Ciudadana intervino y trasladó a Azuleth en motocicleta a un hospital, mientras Alicia, en estado crítico, seguía a pie.
Ambas fueron ingresadas a hospitales especializados. Alicia presenta quemaduras en el 98% de su cuerpo y permanece en terapia intensiva en el Hospital Magdalena de las Salinas. Azuleth tiene quemaduras en el 60% de su cuerpo pero su estado es estable gracias a la atención inmediata.
La hija de Alicia, entre lágrimas, pidió ayuda: “Hagan todo por salvar a mi mamá, a ella no le tocaba estar ahí… Con su cuerpo protegió a la bebé”.
La jefa de Gobierno, Clara Brugada, confirmó que la explosión dejó al menos cuatro fallecidos, más de 90 heridos, así como 18 vehículos y una motoneta dañados. La Calzada Ignacio Zaragoza permaneció cerrada por horas mientras cuerpos de emergencia sofocaban el incendio.
La imagen de Alicia, aferrada a su nieta en medio del desastre, ya circula en redes como un símbolo de resiliencia, valentía y del instinto protector de una abuela.
