En una sesión maratónica que culminó durante la madrugada del jueves 12 de diciembre, el pleno de la Cámara de Diputados aprobó el primer Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2025 del gobierno encabezado por Claudia Sheinbaum. La aprobación, con 353 votos a favor, 128 en contra y cero abstenciones, se realizó tras debatir más de 1,000 reservas, ninguna de las cuales logró ser aceptada.
El presupuesto aprobado contempla un gasto total de 9.22 billones de pesos, representando una reducción de 1.9% en comparación con el PEF de 2024. Pese a que el mes de diciembre estaba disponible para su análisis, los legisladores aceleraron la discusión y resolvieron el tema en menos de un día.
El dictamen final incluyó una reasignación de 44,421 millones de pesos. Entre los sectores más perjudicados se encuentran el Instituto Nacional Electoral (INE) y el Consejo de la Judicatura Federal (CJF), mientras que 17,300 millones de pesos fueron dirigidos a la educación superior, atendiendo las demandas de diversas universidades que criticaron los recortes iniciales en este rubro.
El gasto en salud se mantuvo sin cambios, quedando en 918,447 millones de pesos, lo que implica una reducción anual del 11%. Esta decisión generó fuertes críticas por parte de algunos legisladores que consideraron insuficiente la asignación para este sector fundamental.
Con el objetivo de disminuir el déficit fiscal, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), liderada por Rogelio Ramírez de la O, estima que los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP) pasarán de 5.9% a 3.9% del Producto Interno Bruto (PIB). Esto será posible gracias al incremento proyectado en los ingresos fiscales, que se calcula en un 5.4% para el próximo año.
Del monto total aprobado, 6.4 billones de pesos se destinarán al gasto programable, utilizado para brindar servicios a la población. Este rubro experimentará una reducción del 4.1% respecto a 2024. Por otro lado, 2.7 billones de pesos serán asignados al gasto no programable, que incluye el costo financiero de la deuda, participaciones y adefas, representando un incremento del 3.5%.
La aprobación del PEF 2025 representa un momento crucial para la administración de Sheinbaum, marcando las prioridades financieras de su primer año de gobierno. Las reasignaciones realizadas buscan equilibrar las necesidades de distintos sectores, aunque las críticas no se han hecho esperar, especialmente en temas como salud y financiamiento electoral. El debate deja claro que los ajustes fiscales seguirán siendo un punto de tensión entre las distintas fuerzas políticas del país.
