El club de fútbol italiano Lazio tomó la decisión de despedir a Juan Bernabé, el cetrero español encargado de hacer volar al águila Olimpia en los partidos de local, tras una controversia derivada de publicaciones en sus redes sociales. Bernabé compartió imágenes explícitas mostrando sus genitales tras someterse a un implante de pene, lo que provocó la inmediata reacción del club.
En un comunicado, Lazio expresó su sorpresa y desaprobación:
«La Lazio, sorprendida al ver las imágenes fotográficas y el video del señor Juan Bernabé, y al leer las declaraciones que las acompañaron, comunica que ha interrumpido, con efecto inmediato, toda relación con él, dada la gravedad de su comportamiento.»
El club, actualmente en el cuarto lugar de la Serie A, subrayó que la decisión responde a la incompatibilidad de su figura con los valores del equipo y el simbolismo del águila, emblema histórico de la Lazio. Asimismo, reconocieron el impacto emocional que esta pérdida podría causar en la afición durante los próximos partidos en casa.
Un historial polémico
Bernabé, de 56 años, no es ajeno a la controversia. En 2021, fue suspendido temporalmente por realizar un saludo fascista al término de un partido, acompañando el gesto con gritos de «Duce, Duce» hacia la grada, conocida por su vínculo con grupos de admiradores del régimen fascista de Benito Mussolini. A pesar de este episodio, el cetrero continuó en su cargo hasta el reciente incidente.
En declaraciones para la radio local Radio24, Bernabé se mostró desafiante, afirmando:
«No me arrepiento de haber publicado las imágenes. Me gusta el sexo y crecí en una familia naturista con un espíritu abierto. No entiendo cuál es la relación de esa foto con la pornografía.»
Además, reafirmó su admiración por Mussolini y describió su vínculo con el club como un honor: «Formar parte de la Lazio me hace sentir más hombre.»
Olimpia, un símbolo sin cetrero
Desde 2010, Bernabé había sido responsable de la animación previa a los partidos en el estadio Olímpico de Roma, acompañado de Olimpia, el águila que simboliza al club. Su salida deja al equipo sin esta emblemática tradición, que durante más de una década había sido parte integral de la experiencia en los encuentros de la Lazio.